Recordar a Evita es pensar en igualdad de posibilidades, respeto, y valoración. Hoy la recordamos como la luz que guía nuestros caminos. No solo los peronistas, sino los argentinos.
Evita
nació en Los Toldos, el 7 de mayo de 1919 y falleció en Buenos Aires, el 26 de
julio de 1952.
Hoy
se cumplen 60 años de su desaparición fisica,
una ausencia que solo puede mitigarse recordando lo que ella dejó, el legado
imborrable que germinó entre los trabajadores, a través del reconocimiento de
sus derechos, o entre las mujeres a las que enalteció promoviendo el voto
femenino y a los que por primera tuvieron una ayuda, a través de su Fundación. Los
Trabajadores obtuvieron sus derechos solo y gracias a Evita, vacaciones,
aguinaldos, Hospitales, Universidades gratuitas, Sindicatos, todos nacieron con
y gracias a Evita.
Evita,
conoció la pobreza desde niña, cuando llegó a lo más alto no lo puso el poder
al servicio de su provecho, sino en beneficio de los sectores más postergados.
Ahí
radica la diferencia.
Eva
Perón no pudo llegar a ser Vicepresidenta, como tal vez hubiera querido, pero
alcanzó un honor mayor al que nunca pudo renunciar, ser La Abanderada de los
Humildes.
Eva Perón dejó su pensamiento "confieso que tengo una ambición, una sola y gran
ambición personal: quisiera que el nombre de Evita figurase alguna vez en la
historia de mi patria. Y me sentiría debidamente, sobradamente compensada si la
nota terminase de esta manera: De aquella mujer sólo sabemos que el pueblo la
llamaba, cariñosamente, Evita".
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