9/7/13

9 DE JULIO: DÍA DE LA INDEPENDENCIA




El 9 de julio es el día que se festeja la Declaración de la Independencia de Argentina. Ese día, pero de 1816, Los representantes de las provincias reunidos en asamblea en la Ciudad de San Miguel de Tucumán, situada a 1.200 kilómetros al norte de Buenos Aires, declararon la independencia de la región. Nacía Argentina como país independiente.

Es un día importante para Argentina. En la Ciudad de Tucumán se realizan los actos centrales, pero en todo el país se recuerda, con diversos actos y festejos la fecha. En Buenos Aires también hay actos oficiales con la presencia de soldados del Regimiento de Patricios. La Avenida de Mayo se transforma en lugar de los festejos populares. El 9 de Julio junto al 25 de Mayo, son las dos fechas patrias más importantes de Argentina.
Un poco de historia
Luego de los sucesos de mayo de 1810, las Juntas de Gobierno creadas por los criollos, gobernaron la región del Virreinato del Río de la Plata. Ese territorio incluía a los actuales países Argentina, Uruguay, Paraguay y el sur de Bolivia. Se lo llamó Provincias Unidas del Río de la Plata.
Apenas seis años después, la situación en la región era muy difícil. Desde México hasta Chile, todos los movimientos independentistas estaban siendo sofocados. Solo quedaban las Provincias Unidas con gobierno autónomo y ya eran acosadas en el norte por las tropas realistas.
Se conocía, además, que España preparaba una expedición militar hacia el Río de la Plata y la invasión de tropas portuguesas a la Banda Oriental, actual Uruguay. Las luchas internas también habían desgastado y sumido a las Provincias Unidas en una anarquía general.
La situación era tan difícil que los patriotas comprendieron la necesidad de dejar de lado los conflictos internos, ante el riesgo de perder todo lo logrado hasta ese momento. Así surgió la asamblea de Tucumán y de sus deliberaciones la Declaración de independencia.


Carruajes y comidas
En ese tiempo no era sencillo viajar a Tucumán. Desde Buenos Aires se demoraba entre 25 y 50 días, dependiendo del clima y del tipo de vehículo empleado. No existían caminos, solo huellas que atravesaban ríos, desiertos y montañas.
El medio de transporte común en la época era el caballo. Los personajes importantes y las mujeres, elegían vehículos ligeros llamados "galeras". Eran similares a las diligencias del antiguo oeste americano, tenían cuatro ruedas y eran tiradas por cuatro caballos. Un transporte alternativo, pero lento, eran las "carretas", grandes carros de madera que eran tirados por varios bueyes. Estos vehículos eran amplios y utilizados mayormente para el transporte de mercaderías y también algunos pasajeros, sin mucho apuro y bajo presupuesto.
En Tucumán se disfrutaban platos típicos de la zona, empanadas, humita, diversos cocidos con vegetales, legumbres y carnes. También era habitual el "charque" finas tiras de carne salada y desecada.
La Casa de Tucumán
La fecha patria del 9 de Julio, siempre es representada por la fachada de la histórica de laCasa de Tucumán, lugar donde se llevó a cabo la asamblea. En ella, aun se conservan diversos espacios y elementos que fueron utilizados en la época.
La casa original fue parcialmente demolida hace muchos años. La actual, es una reconstrucción basada en la original. Puedes visitar la histórica Sala de Reuniones, lugar dónde se celebraron las históricas jornadas de 1816, sus patios y jardines.
Una historia insólita
¿Sabías que el acta original de la Declaración de la Independencia fue robada? El hecho, digno de una novela de aventuras, es mencionado por el historiador Daniel Balmaceda, en su libro "Espadas y corazones. Pequeñas delicias de héroes y villanos de la historia argentina."
Cuenta el historiador, que concluida la asamblea, se envió un oficial a Buenos Aires con las actas. Partió a caballo y sin escolta a pesar de llevar tan importantes documentos. En un lugar de la provincia de Córdoba, fue interceptado por unas personas, también patriotas, que le quitaron los documentos que llevaba. Las actas nunca aparecieron. Misterios de la historia argentina.
Sin embargo, el acta de la declaración pudo ser reconstruida, tiene cuatro páginas y en la última, está el texto del juramento que cada congresal debía expresar y firmar:
Formula del juramento que han de prestár todos los habitantes de las Provincias-Unidas de Sud-America-
"Jurais por Dios Nto. Señor, y esta Señal de + promovér y defendér la Libertad de las Provincias Unidas en Sud-America, y su independencia del rey de España Fernando 7º, Sus Succesores, y Metropoli, y toda otra dominacion extrangera?
Jurais a Dios Nuestro Señor, y pometeis a la Patria el Sostén de estos Dres hasta con la Vida, haveres y fama?
Si Juro.
Si asi lo hiciereis, Dios os ayude; y si nó, él y la patria os hagan cargo."
Es copia= Doctor Serrano, Diputado, Secretario=
Es copia."

Arteaga
Sec


La independencia y los festejos de julio de 1816
El 9 de julio de 1816 el Congreso General Constituyente reunido en la ciudad de Tucumán declaró la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Pero las luchas continuarían y pasarían más de ocho años, hasta el triunfo patriota en la batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, para que la independencia de América del Sur quedara sellada para siempre. Sin embargo, los festejos por la emancipación comenzaron al día siguiente de declararse la independencia. Para recordarlo hemos seleccionado tres fragmentos en torno a las celebraciones escritos por Gregorio Aráoz de La Madrid,Paul Groussac y el oficial sueco Jean Adam Graaneer, donde narran los festejos del 10 y del 25 de julio de 1816.
Fuente: Ramallo, Jorge María, La declaración de la independencia, Buenos Aires, sin fecha.
El general La Madrid, que en ese entonces se encontraba en Tucumán formando parte del Ejército Auxiliar del Perú, a las órdenes del general Belgrano, cuenta en sus Memorias que “declarada la independencia el 9 de julio, nos propusimos todos los jefes del ejército, incluso el señor General en jefe, dar un gran baile en celebridad de tan solemne declaratoria; el baile tuvo lugar con esplendor en el patio de la misma casa del Congreso, que era el más espacioso. Asistieron a él todas las señoras de lo principal del pueblo y de las muchas familias emigradas que había de Salta y Jujuy, como de los pueblos que hoy forman la república de Bolivia”.
Groussac refiriéndose a esta fiesta, dice: “El baile del 10 de julio quedó legendario en Tucumán. ¡Cuántas veces me han referido sus grandezas mis viejos amigos de uno y otro sexo, que habían sido testigos y actores de la inolvidable función! De tantas referencias sobrepuestas, sólo conservo en la imaginación un tumulto y revoltijo de luces y armonías, guirnaldas de flores y emblemas patrióticos, manchas brillantes u vagas visiones de parejas enlazadas, en un alegre bullicio de voces, risas, jirones de frases perdidas que cubrían la delgada orquesta de fortepiano y violín. Héroes y heroínas se destacaban del relato según quien fuera el relator. Escuchando a doña Gertrudis Zavalía, parecía que llenaran el salón el simpático general Belgrano, los coroneles Álvarez y López, los dos talentosos secretarios del congreso, el decidor Juan José Paso y el hacedor Serrano… Oyendo a don Arcadio Talavera, aquello resultaba un baile blanco, de puras niñas “imberbes”, como él decía. Y desfilaban ante mi vista interior, en film algo confuso, todas las beldades de sesenta años atrás…”.
También hubo festejos el 25 de julio en las afueras de la ciudad. Jorge María Ramallo cita a un testigo de las celebraciones, el oficial sueco Jean Adam Graaneer, agente del Príncipe Bernadotte, que se encontraba en ese momento Tucumán. En su descripción de los sucesos, realizada cuatro días después de los festejos, Adam Graaner se refiere así a aquellos sucesos:
“El 25 de julio fue el día fijado para la celebración de la independencia en la provincia de Tucumán. Un pueblo innumerable concurrió en estos días a las inmensas llanuras de San Miguel. Más de cinco mil milicianos de la provincia, se presentaron a caballo, armados de lanza, sable y algunos con fusiles; todos con las armas originarias  del país, lazos y boleadoras…
”Las lágrimas de alegría, los transportes de entusiasmo que se advertían por todas partes, dieron a esta ceremonia un carácter de solemnidad que se intensificó por la feliz idea que tuvieron de reunir al pueblo sobre el mismo campo de batalla donde cuatro años antes, las tropas del general español Tristán, fueron derrotadas por los patriotas. Allí juraron ahora, sobre la tumba misma de sus compañeros de armas, defender con su sangre, con su fortuna y con todo lo que fuera para ellos más precioso, la independencia de la patria.
”Todo se desarrolló con un orden y una disciplina que no me esperaba. Después que el gobernador de la provincia dio por terminada la ceremonia, el general Belgrano tomó la palabra y arengó al pueblo con mucha vehemencia prometiéndole el establecimiento de un gran imperio en la América meridional, gobernado por los descendientes (que todavía existen en el Cuzco) de la familia imperial de los Incas

Acta de la declaración de la independencia argentina - 9 de julio de 1816
Desde la conformación del primer gobierno patrio, sin injerencia de España, se había desatado una larga guerra independentista, de la cual muy pocos se animaban a vaticinar de forma explícita cómo terminaría; no sólo por las dificultades económicas a que había que hacer frente y la tenaz resistencia por parte de los ejércitos realistas; también porque no eran pocas las diferencias internas respecto a cómo organizar el nuevo país, todavía inexistente. Las rivalidades se dirimían en golpes de mando, encarcelamientos, campañas militares, etc.
Aun así, sin consensos definidos y con grandes turbulencias, el proceso independentista avanzaba. En 1815, tras la deposición de Alvear como Director Supremo ocurrida el 15 de abril de 1815, el director interino Ignacio Álvarez Thomas, envió una circular a las provincias invitándolas a realizar la elección de diputados para un congreso general que se reuniría en Tucumán.
Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y la Banda Oriental decidieron no enviar representantes. Tampoco asistirían diputados de Paraguay y del Alto Perú, con excepción de Chichas o Potosí, Charcas (Chuquisaca o La Plata) y Mizque o Cochabamba. 
Pronto comenzaron a ser electos en las provincias los diputados que se reunirían en Tucumán para inaugurar un nuevo congreso constituyente. Entre las instrucciones que las provincias -no todas- daban a sus diputados, se encontraba la de “declarar la absoluta independencia de España y de sus reyes”.
El 24 de marzo de 1816 fue finalmente inaugurado el Congreso en Tucumán. El porteño Pedro Medrano fue su presidente provisional y los diputados presentes juraron defender la religión católica y la integridad territorial de las Provincias Unidas. Entretanto, el gobierno no podía resolver los problemas planteados: la propuesta alternativa de Artigas, los planes de San Martín para reconquistar Chile, los conflictos con Güemes y la invasión portuguesa a la Banda Oriental, entre otros.
Finalmente, cuando San Martín llamaba a terminar definitivamente con el vínculo colonial, una comisión de diputados, integrada por Gascón, Sánchez de Bustamante y Serrano, propuso un temario de las tareas que debía acometer el Congreso, conocido como “Plan de materias de primera y preferente atención para las discusiones y deliberaciones del Soberano Congreso”, que a continuación reproducimos.
El 9 de julio de 1816, el mismo día en que se aprobó el temario, se resolvió considerar como primer punto el tema de la libertad e independencia de las Provincias Unidas. Los diputados no tardaron en ponerse de pie y aclamar la Independencia de las Provincias Unidas de la América del Sud de la dominación de los reyes de España y su metrópoli.  
Fuente: El Redactor del Congreso Nacional, Nº 6, pág. 4, 23 de septiembre de 1816, en Ravignani Emilio,Asambleas Constituyentes Argentinas, Tomo I, Buenos Aires, 1937, págs. 216-217.
En la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumán a nueve días del mes de julio de mil ochocientos diez y seis, terminada la sesión ordinaria, el Congreso de la Provincias Unidas continuó sus anteriores discusiones sobre el grande, augusto, y sagrado objeto de la independencia de los pueblos que lo forman. Era universal, constante y decidido el clamor del territorio entero por su emancipación solemne del poder despótico de los reyes de España. Los representantes, sin embargo, consagraron a tan arduo asunto toda la profundidad de sus talentos, la rectitud de sus intenciones e interés que demanda la sanción de la suerte suya, la de los pueblos representados y la de toda la posteridad. A su término fueron preguntados si querían que las provincias de la Unión fuesen una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli. Aclamaron primero, llenos del santo ardor de la justicia, y uno a uno reiteraron sucesivamente su unánime voto por la independencia del país, fijando en su virtud la determinación siguiente:
“Nos los representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en Congreso General, invocando al Eterno que preside al universo, en el nombre y por la autoridad de los pueblos que representamos, protestando al cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia, que regla nuestros votos, declaramos solemnemente a la faz de la tierra que, es voluntad unánime e indudable de estas provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojadas, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli. Quedan en consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y ratifican, comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, bajo el seguro y garantía de sus vidas, haberes y fama. Comuníquese a quienes corresponda para su publicación, y en obsequio del respeto que se debe a la naciones, detállense en un manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración.”
”Dada en la sala de sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con el sello del congreso y refrendada por nuestros diputados secretarios. – Francisco Narciso de Laprida, presidente. –Mariano Boedo, vice-presidente, diputado por Salta. –Dr. Antonio Sáenz, diputado por Buenos Aires. – Dr. José Darregueyra, diputado por Buenos Aires. – Dr. Fray Cayetano José Rodríguez, diputado por Buenos Aires. – Dr. Pedro Medrano, diputado por Buenos Aires. – Dr. Manuel Antonio Acevedo, diputado por Catamarca. – Dr. José Ignacio de Gorriti, diputado por Salta. – Dr. José Andrés Pacheco Melo, diputado por Chichas. – Dr. Teodoro Sánchez de Bustamante, diputado por la ciudad y territorio de Jujuy. – Eduardo Pérez Bulnes, diputado por Córdoba. – Tomás Godoy Cruz, diputado por Mendoza. – Dr. Pedro Miguel Aráoz, diputado por la capital del Tucumán. – Dr. Esteban Agustín Gazcón, diputado por Buenos Aires. – Pedro Francisco de Uriarte, diputado por Santiago del Estero. – Pedro León Gallo, diputado por Santiago del Estero. – Pedro Ignacio Ribera, diputado de Mizque. – Dr. Mariano Sánchez de Loria, diputado por Charcas. – Dr. José Severo Malabia, diputado por Charcas. – Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros, diputado por La Rioja. – L. Jerónimo Salguero de Cabrera, diputado por Córdoba. – Dr. José Colombres, diputado por Catamarca. – Dr. José Ignacio Thames, diputado por Tucumán. – Fr. Justo Sta. María de Oro, diputado por San Juan. – José Antonio Cabrera, diputado por Córdoba. – Dr. Juan Agustín Maza, diputado por Mendoza. – Tomás Manuel de Anchorena, diputado de Buenos Aires. – José Mariano Serrano, diputado por Charcas, Secretario. – Juan José Paso, diputado por Buenos Aires, Secretario”.




No hay comentarios: