- General Juan José Valle
- Cnel. Ricardo S. Ibazeta
- Cnel. José A. Irigoyen
- Cnel. Alcibiade E. Cortínez
- Tte. Cnel. Oscar L. Cogorno
- Capitán Eloy L. Caro
- Capitán Dardo N. Cano
- Capitán Jorge M. Costales
- Tte. 1º Jorge L. Noriega
- Tte. 1º Néstor M. Videla
- Sub. Tte. Alberto J. Abadie
- Sub. Of. Ppal. Miguel A. Paolini
- Sub. Of. Ppal. Ernesto Garecca
- Sgto. Ayud. Isauro Costa
- Sgto. Ayud. Luis Pugnetti
- Sgto. Hugo E. Quiroga
- Sgto. Luis Bagnetti
- Cabo Miguel J. Rodríguez
- Cabo Luciano I. Rojas
- Clemente B. Ross
- Norberto Ross
- Osvaldo A. Albedro
- Rolando Zanetta
- Ramón R. Videla
- Carlos Irigoyen
- Nicólas Carranza
- Carlos A. Lizaso
- Francisco Garibotti
- Mario Brion
- Vicente Rodríguez
- Dante Hipólito Lugo
- Aldo Emir Jofre
- Miguel Angel Mauriño
- Román Salas
Hoy se cumple un nuevo aniversario de lo que se conoció años más tarde como la masacre de José León Suárez.
Aquellos que detentamos la enorme satisfacción de abrazar la causa nacional y popular podemos reafirmar una vez más nuestro compromiso con la construcción de una patria libre, justa y solidaria, pero no lo digo como una proclama discursiva sino como el sentimiento más inquebrantable que todo militante debe tener y la obligación moral y política que significa militar día a día para llevar adelante en la practica como dije anteriormente, lo que no debe quedar en una proclama, como lo han hecho estos hombres hasta entregando su vida misma.
Mucho se ha dicho sobre este hecho histórico y mucho se seguirá diciendo si de historia se trata pero lo que nos debe convocar y compremeter es ver como desde este, nuestro lugar, honramos la memoria de quienes murieron por un ideal.
Como en tiempos en que algunos intentan reducir la política a un mero toma y daca se puede seguir soñando con una Argentina que nos incluya a todos.
Como lo han hecho muchos hombres y mujeres que hoy no están como lo siguen haciendo en la practica muchos otros que quizás no tengan ni hayan tenido la oportunidad que si tuvimos los que hoy estamos acá.
No puedo a la hora de hablar de estas cosas apartarme de mi propia historia y aun a mi corta edad muchos podrían pensar por que nosotros los peronistas somos caprichosos y reiterativos en algunas defensas y es verdad, somos todo eso por que es el sustento de nuestra doctrina por que para nosotros el peronismo es una forma de vida que se acepta o se rechaza pero es eso.
Es sentir que todavía la política puede volver a ser la herramienta de cambio de la sociedad es la necesidad de ver en la vida de estos héroes el ejemplo a seguir para hacerlo convencidos que la lucha por los ideales nunca es en vano y mucho menos lo es cuando todo, lo intentan reducir a la nada, hay que volver a creer en la política, es hora de decirles a las nuevas generaciones que la lucha es otra cosa que hubo gente como el Gral. Valle que dejo huella y que esa huella es la que hoy nos guía.
Alguien escribió alguna vez una frase que decía: "Se le pueden quitar a un general su ejercito, pero no a un hombre su voluntad"...
Roberto Ariel Gaudio
Concejal - Presidente
Bloque PJ-MPA
EL PRESIDENTE DUERME
Por. José Gobello
La noche yace muda como un ajusticiado,
más allá del silencio nuevos silencios crecen,
Cien pupilas recelan las sombras de las sombra,
velan las bayonetas y el presidente duerme.
Muchachos ateridos desbrozan la maleza
para que sea más duro el lecho de la muerte...
En sábanas de hilo, con piyama de seda
el presidente duerme.
La luna se ha escondido de frío o de verguenza,
ya sobre los gatillos los dedos se estremecen,
Una esperanza absurda se aferra a los teléfonos,
y el presidente duerme.
El llanto se desató frente a las altas botas.
calle mujer, no sea que el llanto lo despierte.
Sólo vengo a pedirle la vida de mi esposo.
¡El presidente duerme!
Reflectores desgarran el seno de la noche,
el terraplén se apresto a sostener la muerte.
El pueblo se desvelo de angustia y de impotencia
y el presidente duerme.
De cara hacia la noche sin límites del campo,
las manos a la espalda, se yerguen los valientes,
Los laureles se asombran en las selvas lejanas
y el presidente duerme.
Tras de las bocas mudas laten hondos clamores...
con su deber y que ninguno tiemble
de frío ni de miedo!
En una alcoba tibio
el presidente duerme.
Viva la patria! Y luego los dedos temblorosos,
un sargento que llora, soldados que obedecen,
Veinticuatro balazos horadando el silencio...
y el presidente duerme.
Acres rosas de sangre florecen en los pechos,
el rocío mitigo las heridas aleves,
Seis hombres caen de bruces sobre la tierra helada
y el presidente duerme.
¡Silencio! ¡Que ninguno levante una protesta!
¡Que cese todo llanto! ¡Que nadie se lamente!
Un silencio compacto se adueño de la noche
y el presidente duerme.
¡Oh, callan, callan todos! Callan los camaradas...
Callan los estadistas, los prelados, los jueces...
El pueblo ensangrentado se trago las palabras
y el presidente duerme.
El pueblo yace mudo como un ajusticiado,
Pero, bajo el silencio, nuevos rencores crecen.
Hay ojos desvelados que acechan en la sombra
y el presidente duerme.
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