René Favaloro había nacido en La Plata el 12 de julio 1923. Prestigioso cirujano de tórax, fue creador de la técnica del by pass aorto-coronario o cirugía de revascularización miocárdica, trabajo que le otorgó gran prestigio internacional, pues el procedimiento cambió radicalmente la historia de la enfermedad coronaria.
Sus primeros pasos en la medicina nos trasladan a la Universidad de La Plata, donde se graduó en 1949. Un año más tarde se establecería en Jacinto Aráuz, un pequeño pueblo de La Pampa, donde se desempeñó como médico rural durante 12 años.
Esta experiencia le permitió conocer en profundidad las necesidades sanitarias de los pequeños pueblos e integrarse con los lugareños, algo que sin duda marcó una diferencia en su desarrollo profesional.
Esta experiencia le permitió conocer en profundidad las necesidades sanitarias de los pequeños pueblos e integrarse con los lugareños, algo que sin duda marcó una diferencia en su desarrollo profesional.
En el año 1962 viajó a la Clínica Cleveland, donde perfeccionó sus saberes en cardiología. En esta ciudad de los Estados Unidos permanecería diez años, dedicados íntegramente a la investigación y la práctica de innovadoras técnicas quirúrgicas.
El bypass
Su principal aporte a la cirugía cardiovascular lo hizo en su paso por la Clínica Cleveland: se trata de la técnica del bypass, la cirugía directa de revascularización miocárdica que permitía salvar las obstrucciones en los vasos sanguíneos al construir un puente entre dos venas o arterias.
Considerado un “héroe mundial que cambió parte de la medicina moderna y revolucionó la medicina cardíaca” por el New York Times, el Dr. Favaloro llevó adelante más de 13.000 bypass hasta sus 69 años, cuando optó por dedicarse por completo a la educación.
Fundación Favaloro
A pesar de tener numerosas ofertas de las más importantes clínicas alrededor del mundo, Favaloro tenía claro su objetivo de regresar a nuestro país a mediados de 1971. Su propósito era dar vida a lo que hoy se conoce como Fundación Favaloro, una institución que le permitió capacitar a más de 400 médicos residentes bajo su supervisión y realizar un sinnúmero de intervenciones.
Lamentablemente la burocracia, las crisis económicas y las trabas que debió enfrentar la fundación llevaron a Favaloro a un profundo estado de angustia. La situación llegó a un punto de gravedad tal que tomó la decisión de quitarse la vida el 29 de julio de 2000. Hoy lo recordamos con mucho respeto y enorme cariño, porque es sin dudas uno de los ejemplos intachables que dejó la medicina no sólo a nivel nacional, sino internacional.
Recordamos el decálogo del buen médico que René Favaloro resumió durante un homenaje a un colega:
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