El 11 de diciembre de 1946 la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su primera sesión, creó el “United Nations International Children´s Emergency Fund” (UNICEF) confiándole el mandato de promover la protección de los Derechos del Niño, de ayudar a satisfacer sus necesidades básicas y de aumentar las oportunidades que se les ofrecen para que alcancen todo su potencial.
En realidad, el “fundador” de UNICEF fue el Dr. Ludwik Rajchman, antiguo responsable de la Sección de Salud de la antigua Liga de las Naciones. Rajchman introdujo en la pediatría de la época un concepto revolucionario: la nutrición y el cuidado materno deberían ser incorporados a la medicina aplicada a la infancia.
Cuando acabó la Segunda Guerra Mundial la situación era tan dramática que impedía cubrir las necesidades de los niños y niñas europeos y protegerlos. UNICEF comenzó su trabajo entonces, proporcionando a seis millones de niños alimento y un vaso de leche diariamente.
A finales de la década de los cuarenta, la emergencia en Europa había finalizado, se cuestionó la existencia de UNICEF que ya había cumplido su mandato. Se pensó que otras organizaciones de las Naciones Unidas podrían cubrir esas necesidades y que ya no tenía razón de ser una organización específica dedicada a la infancia.
Defender los derechos de la infancia
Fue en 1953 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió que UNICEF debería continuar su trabajo. Las palabras “Internacional” y “Emergencia” se retirarían de su nombre pero se mantendrían en las siglas. Así que UNICEF pasó a ser el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. En 1959 la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó una Declaración de los Derechos del Niño que significaba un cambio en el enfoque de trabajo de UNICEF: desde ahora su misión sería la defensa de los derechos de la infancia y no sólo la asistencia a la infancia vulnerable. Se había comprobado que resolver el hambre y las enfermedades no acababa con la pobreza, y para ello era necesario realizar programas con una visión global y no exclusivamente enfocados en un problema visible y concreto.
Desde 1989 UNICEF se guía por lo dispuesto en la Convención sobre los Derechos del Niño y se esfuerza por conseguir que esos derechos se conviertan en principios éticos perdurables y normas internacionales de conducta hacia los niños.
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