En el conurbano
En un relevamiento realizado por la Secretaria de Políticas
Universitarias del gobierno nacional se destacó la apertura de casas de altos
estudios en el Gran Buenos Aires.
Más del 75% de los alumnos son primera generación
en acceder a la Universidad, cifra que en las casas de altos estudios creadas
recientemente asciende a un 90%, ségun fuentes universitarias.
Según se informó desde la Secretaría de Políticas
Universitarias del gobierno nacional, para el ciclo 2013 hay más de 67.500
inscriptos en las universidades nacionales del Gran Buenos Aires.
"Las universidades creadas estos
últimos años, sumadas a las que ya estaban, dan respuesta a la necesidad de los
habitantes de las localidades del Conurbano que, de otra manera, no habrían
podido estudiar", explicó a Télam Martín Gill, secretario de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de
la Nación.
Con más de 67.500 inscriptos para el ciclo 2013, las doce universidades
nacionales diseminadas por los diferentes partidos del Gran Buenos Aires tienen
una matrícula creciente cada año, desarrollan diferentes estrategias tendientes
a la inclusión y cuentan con una fuerte impronta del territorio.
"Estamos
asistiendo a un cambio revolucionario en materia de distribución de
universidades en todo el país, ya que si bien en Argentina la educación es
gratuita, históricamente no todos podían llegar", destacó Gill.
En la provincia de Buenos Aires, más específicamente en el
denominado Conurbano bonaerense, en estos últimos cuatro años se crearon
cinco universidades nacionales: la Arturo Jauretche, en Florencio Varela; la
del Oeste, en Merlo; la de José C. Paz; la de Avellaneda y la de Moreno.
Estas casas de altos estudios se suman a las ya existentes de Lomas de Zamora,
La Matanza, Quilmes, Tres de Febrero, Lanús, San Martín y la Universidad
Sarmiento, de Los Polvorines.
El espíritu "inclusivo" de las universidades no se reduce a su
proximidad, sino que implica otra forma de comprender a la institución que se
traduce con acciones como políticas de becas, guarderías para los niños de las
estudiantes, comedores, micros gratuitos que llegan hasta los campus, tutorías,
apoyo para las tareas administrativas, flexibilidad de horarios, entre otras.
"También es fundamental la forma en la
que se trata a los alumnos, lo que requiere el compromiso de los docentes en
trabajar por la no deserción y brindar un apoyo al estudiante para que pueda
alcanzar los niveles", dijo el
rector de la Universidad Jauretche, Ernesto Fernando Villanueva.
"El trabajo
para la nivelación de los estudiantes es central porque no se trata de hacer
una universidad de pobres, sino de calidad, eso es inclusión. Nuestros docentes
son excelentes profesionales, por ejemplo, muchos de ellos han venido de hacer
maestrías internacionales", afirmó el
rector a la agencia de noticias del Estado Nacional.
Mientras que en "la Jauretche", que nació en 2011, el 90% de los
estudiantes son primera generación de universitarios, en la Universidad de San
Martín (UNSAM) esta cifra desciende en la actualidad a 75%, lo que constituye
un proceso natural ya que esta última cumplirá en junio 21 años.
En la UNSAM, con más de dos décadas de vida los resultados están a
la vista: de 372 alumnos que cursaban 7 carreras en 1994, la casa de altos
estudios pasó a este año a tener 14.845 estudiantes en sus 116 carreras de
grado, posgrado y diplomaturas.
Pero más allá de la cantidad de estudiantes, la institución es hoy referente en
algunas especialidades de punta como la Biotecnología.
De hecho fueron investigadores de la UNSAM junto al INTA los que clonaron la
primera vaca del mundo que produce leche con proteínas propias del ser humano.
Otra característica del perfil de estas universidades es la oferta de carreras
acordes a la demanda laboral y con contenidos innovadores, apartándose de la
tradicional grilla de arquitectos o abogados, y propiendo tecnicaturas o
licenciaturas, por ejemplo, en diferentes tipo de ingenierías.
Las universidades también buscan la articulación con las empresas instaladas de
la zona, no sólo para facilitar la inserción laboral sino para intercambiar
experiencias y obtener información sobre las necesidades de profesionales que
existen.
"Además
buscamos que los egresados tengan un perfil social determinado, no queremos
formar tecnócratas, sino profesionales comprometidos con la realidad, y para
eso tenemos, por ejemplo, programas de voluntariado en los que vinculamos a los
estudiantes con organizaciones de la sociedad civil", expresó Gill.
"Nosotros
decimos que la concepción tradicional de la universidad es que monologa con la
sociedad, estas casas de altos estudios con fuerte impronta territorial lo que
hacen es dialogar con las comunidades en las que funcionan", subrayó.