por Redacción 24CON
Todo Wilde está consternado. Los vecinos de Renata Toscano, una arquitecta y catequista que fue asesinada por un grupo de delincuentes que intentó robarle el auto, piden seguridad y justicia. Hasta algunos, desesperados, se animan a invocarle a la presidenta Cristina Kirchner que “saque a la calle a las fuerzas armadas” (SIC).
El hecho ocurrió ayer en esa localidad de Avellaneda. Precisamente en la calle Bolivar al 5600, a cuadras de dos de las villas más antiguas de la Provincia.
Allí nada es fácil y lo poco que hay se reparte. Como el tiempo, que para la mayoría de las más mucho de 50 mil personas -censadas en 2001- que habitan ahora la villa Itatí, se consume en buscar la forma más “sustentable” para sobrevivir.
El lugar se ubica a metros del Acceso Sudeste, del otro lado de la villa Azul y en el partido de Quilmes. Se emplaza en un territorio de 5 kilómetros cuadrados, y tiene más de 45 años de vida, con una historia que se fue acrecentado sobre todo post crisis 2001.
Por dentro la describen como un laberinto. Los pasillos se convierten en zig zags rápidos para los que los conocen. Pero aún más para aquellos que se escabullen de la policía. Itatí es uno de los aguantaderos más impenetrables del Conurbano.
La basura es el sustento de cientos de cirujas que a diario la recolectan en La Cava, una gran fosa que se originó por las consecuencias de la autopista, a mediados de los ‘70s. Según publica el diario Clarín en un artículo, es el “lugar poblado por cartoneros que se dedican al cirujeo y a la recolección de basura como única alternativa. Descargan lo que juntan a un costado del acceso y fraccionan la basura antes de ir a venderla como cartón, vidrio, plástico o lata”.
También los desarmaderos son parte de un paisaje compuesto de miseria e indigencia. Las autopartes son arrojadas en la laguna, un sector de La Cava, y en los alrededores del predio. Por su parte, el concejal del peronismo disidente de Quilmes, Roberto Gaudio, expresó que “las necesidades son muchas y las respuestas que obtienen del municipio, nulas. Hay enfermedades epidemiológicas, todo tipo de pandemias y como si esto fuera poco, el hambre golpea a diario”.
La villa tomó el nombre de Itatí en honor a la Virgen que llegó del litoral en 1961. Aunque al poco tiempo arribaron habitantes de Paraguay, como las familias de Eliseo Nuñez y Eleodoro Ríos.
En frente la situación se similar. Villa Azul, del lado de Avellaneda, es más chico pero no por eso menos peligroso. Allí arribaron con esperanzas y desde hace no tantos años, vecinos de Perú y Bolivia, y hoy alberga a miles de personas.
Los residentes del barrio cercano El Progreso diagramaron el año pasado un sistema de seguridad que incluía bocinas, alarmas y botones a modo de alerta, para prevenir y combatir el delito.
Según expresó a La Nación el presidente del foro de Seguridad de ese distrito, Aníbal Ferrante, en la zona "es probable que muchos rateros sean adictos al "paco" y que roben para comprar droga. Esta es una zona muy problemática. Todo el partido de Quilmes está rodeado de villas, y está a la cabeza de los operativos antidroga".
Fuente: 24con
No hay comentarios:
Publicar un comentario