Así clasificó el concejal y candidato Roberto Gaudio a la actual gestión municipal tras la polémica, cuasi escandalosa, aprobación de la rendición de cuentas ejercicio 2008 en el recinto legislativo quilmeño.
Polémica porque el oficialismo modificó el método de contabilización utilizado años anteriores para evitar dar a conocer el profundo déficit, superior a los trece millones de pesos, que dejó el primer año de gestión de Francisco Gutiérrez, hoy más preocupado por la campaña a su candidatura testimonial que por gobernar Quilmes.
Cuasi escandalosa porque comienza a darse a conocer en los medios de comunicación que corrió por el Concejo Deliberante una especie de “Banelco” local, según le contó un edil que no quiso que su nombre trascienda a un periodista.
El “ejercicio oficialista” cerró con superávit de veinte millones de pesos, pero claro, esto bajo los modernos y particulares cálculos del Intendente Gutiérrez, puesto que de haberse utilizado el mismo sistema que el que se puso en práctica para el ejercicio 2007, el resultado hubiera otorgado un superávit de apenas un millón y medio de pesos. A este número se le deben restar los gastos no contabilizados y en trámite de ingreso al Concejo Deliberante como reconocimiento de deudas de distintos temas, como por ejemplo los sueldos de la EMBA, los sueldos de la carrera Médico Hospitalaria, las deudas devengadas con las empresas Cliba y Covelia, y también con Edesur. El número total de estos montos ronda los quince millones de pesos, por lo tanto, si le restamos el millón y medio de superávit que dibujó el oficialismo, el resultado final del ejercicio 2008 es de un déficit bastante superior a los trece millones de pesos.
“La rendición no muestra más que la desidia de la gestión. El oficialismo utilizó como uno de sus argumentos que se invirtió un 50% en el área de salud, pero en la práctica uno recorre las unidades sanitarias y no hay ni médicos ni medicamentos”, explicó Gaudio, cuyo bloque le dio la espalda el último viernes en el Concejo Deliberante a esta rendición de cuentas que pretende burlarse de los vecinos quilmeños.
Polémica porque el oficialismo modificó el método de contabilización utilizado años anteriores para evitar dar a conocer el profundo déficit, superior a los trece millones de pesos, que dejó el primer año de gestión de Francisco Gutiérrez, hoy más preocupado por la campaña a su candidatura testimonial que por gobernar Quilmes.
Cuasi escandalosa porque comienza a darse a conocer en los medios de comunicación que corrió por el Concejo Deliberante una especie de “Banelco” local, según le contó un edil que no quiso que su nombre trascienda a un periodista.
El “ejercicio oficialista” cerró con superávit de veinte millones de pesos, pero claro, esto bajo los modernos y particulares cálculos del Intendente Gutiérrez, puesto que de haberse utilizado el mismo sistema que el que se puso en práctica para el ejercicio 2007, el resultado hubiera otorgado un superávit de apenas un millón y medio de pesos. A este número se le deben restar los gastos no contabilizados y en trámite de ingreso al Concejo Deliberante como reconocimiento de deudas de distintos temas, como por ejemplo los sueldos de la EMBA, los sueldos de la carrera Médico Hospitalaria, las deudas devengadas con las empresas Cliba y Covelia, y también con Edesur. El número total de estos montos ronda los quince millones de pesos, por lo tanto, si le restamos el millón y medio de superávit que dibujó el oficialismo, el resultado final del ejercicio 2008 es de un déficit bastante superior a los trece millones de pesos.
“La rendición no muestra más que la desidia de la gestión. El oficialismo utilizó como uno de sus argumentos que se invirtió un 50% en el área de salud, pero en la práctica uno recorre las unidades sanitarias y no hay ni médicos ni medicamentos”, explicó Gaudio, cuyo bloque le dio la espalda el último viernes en el Concejo Deliberante a esta rendición de cuentas que pretende burlarse de los vecinos quilmeños.
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