14/2/13

Scalabrini Ortiz, símbolo vivo de la inteligencia nacional

El 14 de febrero de 1898 nace en Corrientes Raúl Scalabrini Ortiz, quién sentó las bases del pensamiento argentino. Es un símbolo vivo de la inteligencia nacional.



La oligarquía vitalizada reflorecía en todos los resquicios de la vida argentina. Los judas disfrazados de caballeros asomaban sus fisonomías blanduzcas de hongos de antesala y extendían sus manos pringadas de avaricia y de falsía. Todo parecía perdido y terminado. Los hombres adictos al coronel Perón estaban presos o fugitivos. El pueblo permanecía quieto en una resignación sin brío, muy semejante a una agonía.
 
(…) "Pensaba con honda tristeza en esas cosas en esa tarde del 17 de octubre de 1945. El sol caía a plomo cuando las primeras columnas de obreros comenzaron a llegar. Venían con su traje de fajina, porque acudían directamente de sus fábricas y talleres. No era esa muchedumbre un poco envarada que los domingos invade los parques de diversiones con hábito de burgués barato. Frente a mis ojos desfilaban rostros atezados, brazos membrudos, torsos fornidos, con las greñas al aire y las vestiduras escasas cubiertas de pingües, de restos de breas, grasas y aceites. Llegaban cantando y vociferando, unidos en la impetración de un solo nombre: Perón. Era la muchedumbre más heteróclita que la imaginación puede concebir.
 
Fragmentos de “En Hechos e Ideas”, febrero 1946
 
Scalabrini Ortiz fue el gran impulsor de la nacionalización del sistema ferroviario y, tras el derrocamiento de Perón, de los primeros en asumir su defensa.
 
Fue amigo de Arturo Jauretche y Homero Manzi, creadores de FORJA, a la que se sumó cuando esa agrupación se desvinculó del radicalismo.
 
 Integrante de las vanguardias literarias de principios del siglo, autor de un muy premiado y popular ensayo, "El hombre que está  solo y espera", "La manga", "Tierra sin nada, tierra de profetas", "Política británica en el Río de la Plata", "Historia de los ferrocarriles argentinos", "Bases para la reconstrucción nacional".
 
 Fundador del periódico Señales y del efímero diario Reconquista, autor de varios Cuadernos de Forja, colaboró también en El Líder, El Federalista, De Frente y Qué, desde la que apoyó la candidatura presidencial de Arturo Frondizi y a la que renunció a raíz de las concesiones petroleras a las empresas extranjeras.
 
 Decepcionado y gravemente enfermo, se mantuvo alejado de toda actividad pública hasta el momento de su muerte, ocurrida en Buenos Aires el 30 de mayo de 1959. Desde ese momento, su nombre se integró indeleble a la historia de nuestras letras y nuestro pensamiento político.

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